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sábado, 26 de noviembre de 2011

Sueños

Curiosos los sueños...pueden ser tan diversos...tan variados...tan incoherentes o tan reales...Hay muchos tipos de sueños, algunos que nos hacen sonreir, otros que nos hacen llorar, otros que nos hacen despertarnos asustados, angustiados, temblando...y la verdad es que aún sabiendo que las pesadillas que podemos tener pueden ser horribles creo que casi todos deseamos soñar, aún a riesgo de que en lugar de el sueño que tanto ansíamos tener se convierta en una de nuestras peores pesadillas da igual, al día siguiente seguiremos queriendo soñar. No parece tener ninguna lógica la verdad, pero en realidad es muy simple. En sueños podemos vivir cosas que nunca podrían llegar a ocurrir en la realidad, una cita con alguien que sabemos que nunca nos mirará si quiera, un viaje a un sitio al que siempre hemos querido ir, una fiesta a la que nunca asistiremos, una nota que nunca sacaremos...eso si centramos los posibles sueños a cosas reales, obviamente, pero lo más maravilloso de los sueños es justamente lo que no tiene nada de real, lo que se sale de toda teoría, de toda lógica, como cuando soñamos que podemos volar, sueño que estoy segura que hemos tenido todo ser humano a lo largo de nuestra vida al menos una vez, o como que tenemos super poderes, o que salvamos al mundo...ya sabéis, todas esas cosas que de pequeños creíamos que algún día podríamos hacer, esos sueños que nos hacen revivir nuestra parte más infantil, esa parte que la gran mayoría de la gente intenta esconder por miedo a lo que puedan pensar de ellos y la cual nunca reconoceran que tienen, pues ¿sabéis qué?, que todos tenemos esa parte, unos más a flor de piel que otros sí, pero todos la tenemos, y a mi, personalmente, no me parece una parte que debamos esconder, es una parte de nosotros mismos, ¿acaso tiene algo de malo que a alguien le gusten las películas de dibujos animados?, no, en absoluto, y estoy segura de que hasta aquellos que negarían hasta la muerte tener esa parte dentro de ellos tienen este tipo de sueños, porque en los sueños toma el control el subconsciente y no podemos hacer nada para evitarlo.
Pero realmente...las pesadillas también pueden llegar a ser muy reales, demasiado incluso. Puedes llegar a ver como muere gente querida para ti, o como la hacen daño, o incluso tu propia muerte, o tu propia desgracia...una pesadilla puede hacer que hasta el último centímetro de toda tu piel se ponga de gallina, que un escalofrío recorra todo tu cuerpo, que llores, que grites, que te despiertes más asustado de lo que has estado jamás, que te sientas la peor persona del mundo sin haber hecho absolutamente nada...Y el problema es que las pesadillas pueden ser tan reales como el sueño más maravilloso, tanto que ni siquiera sepas que estás dormido y que no sepas como acabar con la angustia que está invadiendo cada milímetro de tu cuerpo. Además, las pesadillas suelen tratar sobre nuestros más profundos temores, al igual que los sueños tratan sobre nuestros mayores deseos, y esto ocurre por lo mismo que he dicho antes, el subconsciente, toma control de nuestros pensamientos y no nos suelta hasta que conseguimos despertar. A veces tenemos suerte, nos damos cuenta de que estamos soñando y conseguimos despertarnos, otras aunque nos damos cuenta de que estamos soñando no conseguimos despertarnos, pero al menos ya sabemos que todo es un sueño, que no es real, pero lo peor es cuando ni siquiera nos damos cuenta de que estamos soñando y creemos que todo lo que está pasando es real, puede ser un auténtico infierno.
Pero a mi realmente lo que menos me gustan no son las pesadillas, y ni mucho menos los sueños, obvio, si no cuando te despiertas sin saber qué has soñado. Todas las noches soñamos, o bien cosas buenas o bien cosas malas, pero soñamos, lo que sea, pero hay veces que nos despertamos sin recordar absolutamente nada, incluso a veces nos despertamos felices o angustiados y ni recordamos por qué, eso si que lo detesto. Hay gente más propensa ha no recordar sus sueños, y yo soy una de esas personas, y preferiría mil veces recordar lo que he soñado que despertarme sin nada, con la mente totalmente en blanco, e incluso a veces con alguna sensación de felicidad o angustia, como ya he dicho, pero sin saber la razón. A veces incluso he hablado dormida, vamos, al parecer lo hago bastante a menudo, y me he despertado sin saber siquiera  que había hablado, es más, me lo suelen tener que decir, porque yo no me doy cuenta practicamente nunca, y os aseguro que cuando me han contado alguna de las cosas que he dicho dormida hubiese dado lo que fuera por recordar lo que estaba soñando y por saber por qué había pronunciado esas palabras, lo que fuera.

"Se acerca el invierno"

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