Empezó a cansarse de luchar, a cansarse de seguir intentándolo cada día, de seguir intentando ser feliz, de seguir disimulando que las cosas le importaban y de poner buena cara para todo el mundo excepto para ella misma.
Solo cuanto estaba sola, encerrada en su habitación, sin hablar con nadie, simplemente sola, podía ser ella misma, podía ser la persona que era en realidad, esa persona destrozada que ha perdido las ganas de todo, esa persona que llora cada día sin que nadie lo sepa, la que se siente cada día que pasa más y más sola al darse cuenta de que no le importa a nadie.
Estaba harta, ya no podía más, ya no podía fingir más, era demasiado, demasiado tiempo mal, demasiado tiempo fingiendo. Sólo quería encerrarse en su habitación y no salir nunca más de ella, no levantarse de la cama si quiera, simplemente estar tapada por la colcha llorando, sin que nadie la molestase.
Hacía mucho que nadie había conseguido hacerla sonreír, nadie se preocupada de intentarlo si quiera, asique, sin esperar más, dejándose llevar por sus ardientes penas llevó a cabo sus deseos.
Dejó de salir de casa, dejó casi de comer, de levantarse de la cama, de interactuar con nadie. Simplemente pasaba los días metida en la cama, recordando una y otra vez el pasado y deseando que llegase el final cuanto antes, ya que hacía mucho que había perdido las ganas de vivir.
"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"
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