Un día más, al salir de clase, ella se despidió de sus compañeros y se fue, pero no a casa, si no al parque de Calisto y Melibea.
Al llegar dejó sus cosas en el banco de siempre y se apoyó en la barandilla mirando a la nada. El parque estaba vacío, algo normal a esa hora.
Al poco de encontrarse allí llegó un chico, el cual se sentó en un banco cercano y se puso a leer.
Ella ni si quiera le miró, pero él no podía evitar alzar la vista del libro a cada poco preguntándose si aquella preciosa muchacha estaba esperando a alguien.
Finalmente, sin poder aguantar más, dejó el libro en el banco, se levantó y se acercó a ella, apoyándose en la barandilla y simulando mirar el "paisaje", hasta que se decidió a preguntar:
-¿Qué haces?
-Esperar
-¿A qué?
-A quien
-¿A quién?
-Al amor
-¿Al amor?, ¿cómo puedes estar esperado al amor?, ¡eso no es posible!
Ante esta reacción del chico ella no pudo evitar reírse y sin decir nada más continuó mirando a la nada, pero esta vez con una sonrisa en el rostro.
El chico no entendía nada, asique simplemente mantuvo el silencio y miró a la chica extrañado mientras se alejaba lentamente de ella. Cogió su libro del banco en el que lo había dejado y se fue del parque sin poder dejar de pensar en aquella chica tan extraña y en la corta conversación que habían mantenido.
"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"
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