viernes, 25 de noviembre de 2011

Sola

¿Alguna vez habéis tenido la sensación de que sobráis?, ¿de qué si no estuviéseis nadie se daría cuenta de vuestra falta?. Muchos antiguos filósofos digeron una vez que lo importante no es que nos conozcan en vida, si no que nos recuerden cuando ya no estemos, o similares, y la verdad siempre le he dado muchas vueltas a esto y hoy he pensado que y si yo desapareciese hoy...¿alguien lo notaría?, ¿alguien me echaría de menos?, la verdad es que no lo se. Exacto, no lo se, no se si se podría decir que soy tan importante en la vida de alguien como para que me echase en falta, como para que me extrañase, pero claro, supongo que esto no debería decirlo yo, ¿no?, es decir, que la gente que me echaría en falta, si es que la hay, sería quien debería decirlo, y supongo que sabría a quien preguntar, ya que, como todos, tengo a varias personas en mi vida a las que considero bastante importantes, pero...¿significaré yo lo mismo para ellos?, eso nunca podré saberlo.
Se que todo esto suena muy deprimente, ya que si que hay gente que puede asegurar que alguien la echaría de menos, al menos una persona, y bueno, quizá yo también pueda, pero cuesta decidir cuando en tu vida no hay nadie que esté activo día tras día, sí, hay gente a la que supongo que les importo, ellos mismos me lo dicen, pero realmente...si desapareciese hoy, ahora mismo, tras dejar aquí plasmadas estas palabras...¿cuántas horas tardaría alguien en darse cuenta?, ¿cuántos días?, realmente no lo se.
Y estoy hablando de desaparecer, pero no con el significado de morirme, simplemente desaparecer, coger todas mis cosas e irme a otra parte sin mantener ningún lazo con la vida que llevo ahora, simplemente largarme y empezar de cero en otro lugar, lejos de aquí, en Francia quizás, o en Roma, no lo se, ni siquiera sabría a donde ir, simplemente cogería todo el dinero que tengo, mis pertenencias más valiosas, me iría a la estación y cogería el primer tren a...Madrid quizás, para desde allí coger un vuelo a donde sea, daría igual a donde ir, nadie me esperaría al aterrizar en ningún sitio. Reconocedlo, no suena nada mal, ¿verdad?, y estoy segura de que muchísima gente ha tenido esta idea alguna vez, ha tenido la necesidad de huir de todo, de largarse dejándolo todo atrás, incluso suena tan...fácil, ¿no os parece?. Cuando te sientes sola la mayoría de las horas del día no lo ves nada difícil, todo lo contrario, lo ves sencillo, incluso muy atrayente cuando has cometido tantos errores que tirarías tu vida actual a la basura.
Dicen que de los errores se aprende, pero...¿qué pasa cuando esos errores te consumen?, sí, sabes que no volverás a cometerlos obviamente, porque en cuanto los haces una vez y te sientes como una mierda ya sabes que es una sensación que no querrás volver a sentir nunca. Pero yo creo que aprender de nuestros errores no es solo eso, no es solo sentirnos mal y que nuestra conciencia no nos dejé volver ha cometerlos, es también aprender a superarlos creo yo, porque si toda la vida te estás castigando por lo mismo...¿se puede considerar que lo has superado?, yo creo que no...más bien diría que no eres capaz de olvidarlo, sin más, que te persigue cada vez que te acerques, por poco que sea, a una situación parecida a en la que cometiste dicho error.
Os aseguro que vivir con esos remordimientos de todo el daño que has hecho, de todo lo que has hecho mal, de toda la gente a la que has perdido por actuar como has actuado, etc, es horrible, es como intentar levantar la cabeza una y otra vez y que esas cargas que llevas sobre tus hombros no te dejen, es como...una contínua lucha contigo mismo, con tu conciencia. Pero...¿sabéis qué?, que por mucho que seas una persona que se castiga mucho por los errores que comete llega un punto en el que comienzas a aceptar tus errores, nunca los podrás olvidar, y no debes, ya que si lo haces volverás a cometerlos, simplemente empiezas a aprender a vivir con ellos, poco a poco, primero los errores más antiguos y luego los más recientes. Es un trabajo costoso, hay que aferrarse mucho a las cosas buenas que te da la vida para conseguirlo, pero no es imposible, nada es imposible.
La soledad es igual, algo a lo que nos cuesta muchísimo acostumbrarnos, la razón principal por la que no nos importe en absoluto desaparecer, porque, si ya nos sentimos solos en la vida que llevamos...¿qué más nos da estar solos en otra parte?, ¿estar solos donde además no nos persigan nuestros demonios?. Pero a la soledad también podemos acostumbrarnos, duele, cuesta mucho, sobre todo si tienes la contínua necesidad de sentir que alguien sabe de tu existencia, que a alguien le importas, pero tampoco es imposible acostumbrarse a ella, de acostumbrarse a tirarse los días solo en casa, sin quedar con nadie, casi sin hablar con nadie, solo haciendo lo que sea que te apetezca hacer...te terminas acostumbrando.

"Se acerca el invierno"

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