miércoles, 2 de abril de 2014

La educación es la clave

Que no os cuenten milongas, el maltratador de animales no nace, se hace.
Si todas las personas del mundo que tienen hijos les enseñaran a tratar con respeto a todos los seres vivos de nuestro entorno, tanto planta como animales, no existiría esta crisis masiva de maltrato animal que vivimos cada día.
De echo diré más, no hay nada que una lección no pueda cambiar. Yo hace ya tiempo que he considerado que todo aquel humano que sea capaz de maltratar a cualquier ser vivo, el que sea, desde una mariquita, una hormiga, una planta, un perro o un gato, es automáticamente de una raza inferior que no se merece ni ser tratado como un ser humano, que pierde automáticamente todos sus derechos, y que más le vale que no se acerque a mi porque desde luego no me olvidaría en su puta vida.
Si todos hiciéramos eso, tratar a esa escoria de la humanidad como se merece, y no hablo de pegarles, aunque también se lo merecen y yo sinceramente me alegro mucho cuando les dan una paliza a uno de esos hijos de puta, si no a apartarlos, tratarles como seres inferiores que no se merecen ni siquiera ser escuchados, tanto personas adultas como niños, estoy segura de que esto cambiaría.
Al igual de que estoy segura de que si la gente, bien educada, dejaría de hacer esas gilipolleces. Yo misma soy un claro ejemplo de como la educación adecuada te lleva por el buen camino. No he tenido a mi perrita y la que es ahora mismo la niña de mis ojos hasta no haber sido ya bastante mayor, porque mi padre nunca ha querido tener mascotas, pero siempre, tanto él como mi madre, me han enseñado que hay que respetar a los seres vivos, que no son el juguete de nadie, que sienten igual que nosotros, y por eso nunca, JAMÁS, se me han pasado por la cabeza esas cosas, y de echo, ahora que ya soy adulta, me hierve la sangre cuando me entero del algún maltrato, es más, hace un tiempo denuncié a un gilipollas por tener a su perro atado al sol sin agua en verano, porque el subnormal se estaba tomando algo en el bar y el pobre perrito no podía entrar.
¿Y sabéis cuál considero que debería ser el primer paso para que todo esto cambiara?, que se cancelaran las fiestas de los pueblos hasta que la gente que las celebra a costa de los animales de sus vecinos aprendiera a que si se quieren divertir que lo hagan ellos solitos, pero claro, ni sus padres les riñen porque lo consideran "una tradición" supongo, ni las autoridades de los pueblos les castigan como se merecen, ni las fiestas se cancelan por nada, y así no vamos a ninguna parte por desgracia.

"On Abatar Ura Masarakato On Gataru"

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