Hace tiempo, más de un año de echo, que conocí a la persona más maravillosa del mundo, y que, desde entonces, ha intentado hacerme feliz día tras día, sin rendirse, incluso cuando yo no me he comportado como debía, cuando le he hecho daño, él ha seguido ahí, a mi lado, demostrándome cuantísimo me ama, y haciendo que cada día le ame más y más.
Hace ya unos meses que no estoy pasando por una buena etapa en mi vida y él lleva desde que estoy así intentando que mejore, que sonría, intentando hacerme feliz, y todo eso junto con un viaje en el que al fin pude verle por tercera vez me ha echo darme cuenta de que sólo a su lado soy feliz, sólo a su lado olvido todo por lo que estoy mal y vivo en un sueño que él crea y maneja para mi, manteniendo mi felicidad y haciendo que aumente a cada minuto que pasamos juntos.
Cuando me di cuenta de todo eso también me di cuenta de que estoy dispuesta a dejarlo todo atrás por él, y a través de este blog me gustaría decirle unas palabras que espero que le arranquen esa sonrisa que tantísimo me gusta:
"Mi amor quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, y espero que todo salga bien y que así sea para que podamos pasar juntos cada minuto de cada día haciéndonos felices el uno al otro como nosotros solo sabemos. Te amo con todo mi corazón mi niño, y por muchas tonterías que haya hecho, por muchos fallos que haya tenido desde que nos conocemos, eso nunca ha cambiado, porque desde el momento en el que me enamoré de ti mi corazón nunca ha dejado de ser tuyo. No te separes nunca de mi lado por favor amor mío, porque ya no podría vivir sin ti. Eres el amor de mi vida cariño mío."
"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"
miércoles, 27 de junio de 2012
domingo, 17 de junio de 2012
Aparición de un ángel (mini relato, segunda parte)
Cuando llegó a su piso no podía quitarse a la chica de su mente. Su imagen se había grabado a fuego en su mente.
Sin poder concentrarse en nada más se tumbó en su cama. No podía dejar de pensar en lo bella que era, sus labios, sus ojos, su oscura melena...toda ella poseía algo que embelesaba, que hechizaba los sentidos, era una belleza propia de las diosas de los relatos que había leído tantas veces. No era artificial como la de tantas mujeres que salían por la tele, la suya era una belleza natural pero a la vez...no era propia de los seres mortales.
Cuando llevaba unas horas tumbado decidió que debía intentar plasmar dicha belleza por lo que sin dudar se dirigió a su mesa y comenzó a dibujar a la chica que le había llegado tan profundamente a su alma. Poco a poco fue capaz de conseguir un fiel retrato de su rostro, no era un buen dibujante pero había conseguido plasmar parte de la magia que desprendía. Tanto fue así que pensó que tenía que enseñárselo, a pesar de que podía tomarlo por un loco. Al fin y al cabo no se conocían, ni siquiera sabía su nombre pero algo en su interior le decía que debía hacerlo.
Con esa idea se fue a dormir, intentando ver cuál sería la mejor forma de abordarla para poder enseñárselo.
Al día siguiente los nervios fueron creciendo según iba pasando el día. Nada ni nadie le aseguraba que fuera a pasar por aquella calle nuevamente y mucho menos a la misma hora, pero tampoco sabía cómo encontrarla asique se dirigió hacia allí y se sentó en un banco de un parque cercano decidido a esperar lo que fuera necesario.
Las horas iban pasando y los nervios crecían por momentos en su interior. Ya estaba a punto de irse a su casa cuando la vio girar por la esquina, tal y como la recordaba. Su corazón empezó a latir con fuerza, sabía que el momento había llegado.
Es absolutamente precioso mi amor, me ha encantado de verdad, eres perfecto mi vida. Te amo con todo mi corazón cariño mio.
"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"
Sin poder concentrarse en nada más se tumbó en su cama. No podía dejar de pensar en lo bella que era, sus labios, sus ojos, su oscura melena...toda ella poseía algo que embelesaba, que hechizaba los sentidos, era una belleza propia de las diosas de los relatos que había leído tantas veces. No era artificial como la de tantas mujeres que salían por la tele, la suya era una belleza natural pero a la vez...no era propia de los seres mortales.
Cuando llevaba unas horas tumbado decidió que debía intentar plasmar dicha belleza por lo que sin dudar se dirigió a su mesa y comenzó a dibujar a la chica que le había llegado tan profundamente a su alma. Poco a poco fue capaz de conseguir un fiel retrato de su rostro, no era un buen dibujante pero había conseguido plasmar parte de la magia que desprendía. Tanto fue así que pensó que tenía que enseñárselo, a pesar de que podía tomarlo por un loco. Al fin y al cabo no se conocían, ni siquiera sabía su nombre pero algo en su interior le decía que debía hacerlo.
Con esa idea se fue a dormir, intentando ver cuál sería la mejor forma de abordarla para poder enseñárselo.
Al día siguiente los nervios fueron creciendo según iba pasando el día. Nada ni nadie le aseguraba que fuera a pasar por aquella calle nuevamente y mucho menos a la misma hora, pero tampoco sabía cómo encontrarla asique se dirigió hacia allí y se sentó en un banco de un parque cercano decidido a esperar lo que fuera necesario.
Las horas iban pasando y los nervios crecían por momentos en su interior. Ya estaba a punto de irse a su casa cuando la vio girar por la esquina, tal y como la recordaba. Su corazón empezó a latir con fuerza, sabía que el momento había llegado.
Es absolutamente precioso mi amor, me ha encantado de verdad, eres perfecto mi vida. Te amo con todo mi corazón cariño mio.
"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"
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