jueves, 31 de mayo de 2012

Rendición (mini relato)

Empezó a cansarse de luchar, a cansarse de seguir intentándolo cada día, de seguir intentando ser feliz, de seguir disimulando que las cosas le importaban y de poner buena cara para todo el mundo excepto para ella misma.
Solo cuanto estaba sola, encerrada en su habitación, sin hablar con nadie, simplemente sola, podía ser ella misma, podía ser la persona que era en realidad, esa persona destrozada que ha perdido las ganas de todo, esa persona que llora cada día sin que nadie lo sepa, la que se siente cada día que pasa más y más sola al darse cuenta de que no le importa a nadie.
Estaba harta, ya no podía más, ya no podía fingir más, era demasiado, demasiado tiempo mal, demasiado tiempo fingiendo. Sólo quería encerrarse en su habitación y no salir nunca más de ella, no levantarse de la cama si quiera, simplemente estar tapada por la colcha llorando, sin que nadie la molestase.
Hacía mucho que nadie había conseguido hacerla sonreír, nadie se preocupada de intentarlo si quiera, asique, sin esperar más, dejándose llevar por sus ardientes penas llevó a cabo sus deseos.
Dejó de salir de casa, dejó casi de comer, de levantarse de la cama, de interactuar con nadie. Simplemente pasaba los días metida en la cama, recordando una y otra vez el pasado y deseando que llegase el final cuanto antes, ya que hacía mucho que había perdido las ganas de vivir.

"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"

jueves, 10 de mayo de 2012

Segundo día (mini relato, 2º parte)

Estuvo todo el día pensando en ella. No podía evitarlo, aquella misteriosa chica le tenía muy intrigado...demasiado incluso.
Tras toda la noche dándole vueltas decidió volver al parque al día siguiente para poder volver a verla y hablar con ella.
A la hora del día anterior se dirigió rápidamente al parque, y al llegar la vio al instante. Allí estaba de nuevo, exactamente como el día anterior, con sus cosas en el mismo banco y apoyada en la misma zona de la barandilla.
Se acercó a ella lentamente, con el pulso acelerado sin entender ni si quiera por qué. Dejó sus cosas en el banco del día anterior y se apoyó junto a ella en la barandilla mirando al frente, posando su vista en ella un solo instante, lo suficiente para poder volver a admirar su belleza.
-¿Sigues esperando al amor?
-Sí, le espero cada día en este mismo lugar.
-No lo entiendo.
-Si tienes la mente abierta y quieres puedo explicártelo, tengo tiempo mientras espero.
-Quiero entenderlo.
-Haz la pregunta adecuada.
-¿Por qué esperas al amor?
-¡Eso es fácil!, porque ansío tenerlo, y si espero en el mismo sitio todos los días es más fácil y rápido que me encuentre.
-Entonces el lugar...¿es elegido al azar?
-No, por supuesto que no. Este parque es el de Calisto y Melibea, dos enamorados que se encontraron. El amor debe conocer este sitio, por lo tanto es más fácil y rápido que me encuentre.
-Creo que sigo sin entenderlo...
-¿Alguna vez has conocido a alguien que encaja perfectamente en tu vida y has pensado que era justo a quien siempre habías esperado?
-No...
-Pues acompáñame y esperemos juntos.
Al decir esto la chica miró por primera vez al chico y le dedicó una sonrisa. Él también la miro y no pudo evitar sonreír al verla, y asintió con la cabeza sin decir palabra alguna, pero para ambos aquello fue un juramento por el que todos los días se encontrarían en el mismo lugar a la misma hora para esperar juntos al amor

"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"

Aparición de un ángel (mini relato, primera parte)

Iba él andando sin rumbo, no miraba la calle ni a los viandantes que pasaban a su lado, simplemente se dejaba llevar ensimismado en sus pensamientos, pensamientos que lo torturaban hacía mucho.
De pronto alzó la vista sin saber muy bien por qué, como si una fuerza superior hubiera tomado el control de su cuerpo, y así fue como la vio por primera vez...parecía un ángel, con su pelo trenzado sobre su hombro, su grácil andar y su belleza, que emanaba una paz como jamás antes había sentido.
Cuando se dio cuenta sus piernas se habían detenido, una sonrisa se dibujaba en su ahora sonrojado rostro y no era capaz de apartar la mirada de esa chica.
No sabía quien era, nu sabía su nombre, pero sabía que desde ese instante se había convertido en la princesa de su corazón, y así, ensimismado en ese pensamiento, la vio alejarse sin que se borrara en ningún instante la sonrisa de su rostro.
(Por Ryuk Komemanzanas)

Es precioso cielo, de verdad, me ha gustado muchísimo.

"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"

martes, 8 de mayo de 2012

Cabezota (mini relato, segunda parte)

La diosa no se levantaba, por el contrario se quedó arrodillada frente a la losa rota con una mano sobre esta.
Los que habían contemplado el accidente se acercaron a la bella mujer al percatarse de que había comenzado a llorar presumiblemente por el dolor del golpe.
Sin embargo, cuando estuvieron a su lado la oyeron murmurar:
"Loca estoy por ti, el alabastro a tu lado se siente una lombriz.
Oh mármol!
Roca metamórfica, carbonato cálcico, sometido a presión...
Siempre te tendré en mi encimera, odio la fornica, porque se raya cortando cualquier cosa...
No te cambiaré por silestone, aunque es antibacterias...
Oh mármol...
Que estás en las estatuas..."
Y así le cantaba a la losa rota mientras sus lágrimas caían por la pérdida de su amado mármol.
(Por Ryuk Komemanzanas)

La segunda parte también me ha encantado cielo, eres un encanto de verdad.

"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"

Primer día (mini relato, 1º parte)

Un día más, al salir de clase, ella se despidió de sus compañeros y se fue, pero no a casa, si no al parque de Calisto y Melibea.
Al llegar dejó sus cosas en el banco de siempre y se apoyó en la barandilla mirando a la nada. El parque estaba vacío, algo normal a esa hora.
Al poco de encontrarse allí llegó un chico, el cual se sentó en un banco cercano y se puso a leer.
Ella ni si quiera le miró, pero él no podía evitar alzar la vista del libro a cada poco preguntándose si aquella preciosa muchacha estaba esperando a alguien.
Finalmente, sin poder aguantar más, dejó el libro en el banco, se levantó y se acercó a ella, apoyándose en la barandilla y simulando mirar el "paisaje", hasta que se decidió a preguntar:
-¿Qué haces?
-Esperar
-¿A qué?
-A quien
-¿A quién?
-Al amor
-¿Al amor?, ¿cómo puedes estar esperado al amor?, ¡eso no es posible!
Ante esta reacción del chico ella no pudo evitar reírse y sin decir nada más continuó mirando a la nada, pero esta vez con una sonrisa en el rostro.
El chico no entendía nada, asique simplemente mantuvo el silencio y miró a la chica extrañado mientras se alejaba lentamente de ella. Cogió su libro del banco en el que lo había dejado y se fue del parque sin poder dejar de pensar en aquella chica tan extraña y en la corta conversación que habían mantenido.

"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"

Big bang theory (cita)

La fierecilla domada:
-¿Quién no sabe donde lleva una avispa su aguijón?,¡en la cola!
-¡En la lengua!
-¿En la lengua de quién?
-En la vuestra si no tenéis mejor historia que contar, asique ¡adiós!
-¿Cómo?¿Me mandáis con la lengua a paseo?


"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"

Los mercenarios (cita)

Una vez conocí a un hombre al que manitas llamaban.
Era un buen tipo, todos le admiraban.
Con las dagas era bueno, con las mujeres un memo.
Pero para creer que vencería, y soñar que me ganaría,
os lo juro, está loco seguro.
Vámonos.

"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"

viernes, 4 de mayo de 2012

Cabezota (mini relato, primera parte)

Érase una vez una diosa bellísima aunque algo torpe, por lo que un día, sin poder evitarlo, tropezó, calló al suelo y se golpeó con fuerza contra el mármol. Un fuerte "crack" sonó, y todos la miraron preocupados, hasta que se percataron... que del cabezazo había roto el mármol.
(Por Ryuk Komemanzanas).

Me encantó cielo, gracias, de verdad.

"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"

jueves, 3 de mayo de 2012

Sueños que ojalá se cumplieran (mini relato)

Acababa de llegar a casa, sola, apenada, sin ganas de nada, asique decidió ponerse el pijama, meterse en la cama y quedarse ahí todo lo que quedaba de día, durmiendo entre lágrimas y tristeza. Se puso el pijama y se metió en la cama sin pensarlo un segundo más, dejando todo lo que traía en la silla, ya que no era el mejor momento para ponerse a ordenar. Como de costumbre puso una serie en el ordenador, simplemente para que no hubiese un silencio absoluto en la habitación y para que, si tenía mucha suerte, consiguiese distraerla algo. Tras una hora metida en la cama, tapada completamente con la colcha, y sin ser capaz de dejar de llorar al fin se quedó dormida. Su sueño no fue perturbado hasta dos horas y media después, que oyó que algo se caía en la cocina y la despertó. De pronto se acordó del sueño tan maravilloso que había tenido. No podía creérlo, nunca recordaba lo que soñaba, pero aquel si, el sueño que detuvo sus lágrimas y que consiguió que sonriera al recordarlo si. Sin esperar un instante más se levantó rápidamente de la cama y cogió papel y bolígrafo, tras lo cual se sentó en la mesa. Quería plasmar aquel sueño en papel para que nunca se le olvidase, asique comenzó a redactarlo: "Me despertaba por la mañana temprano y él estaba ahí, a mi lado, durmiendo abrazado a mi, sin ningún tipo de tela que separase nuestros cuerpos ni un milímetro, era una sensación maravillosa... Sin poder evitarlo me quedaba mirándole durante varios minutos, sonriendo ampliamente. Me levantaba lentamente para no despertarle, me vestía con lo primero que pillaba e iba a la cocina. Abría la nevera y tenía fresas con una pinta inmejorable, asique las cogía, las picaba y las mezclaba con azúcar. Después cogía la bandeja y dos boles, echaba fresas en ambos y volvía a la habitación con la badeja en la mano. Al abrir la puerta de la habitación él ya se había despertado, y al verme entrar me sonrió con esa sonrisa que siempre ha iluminado hasta el más oscuro rincón de mi mundo, haciendo que yo también sonriera. Me acercaba a la cama sin poder dejar de sonreir y colocaba la bandeja ante él para que cogiera uno de los dos boles de fresas y desayunáramos juntos en la cama. Al ver las fresas me daba un tierno beso lo primero, y luego cogía un bol y se las comía diciéndome lo buenas que me habían quedado mientras yo me comía las mías. Me sentía tan feliz..." Al terminar de escribir una tristeza invadió a la chica, porque se dió cuenta de que él no estaba allí con ella, y de que todo aquello que había soñado no podría hacerse realidad, entonces no pudo evitarlo. Se levantó rápidamente de la silla, dobló la hoja en la que había escrito su sueño y la guardó en la cartera. Miró la hora y calculó rápidamente que tenía apenas un par de horas. Compró un billete sólo de ida por internet, se duchó, se arregló, hizo la maleta y llamó a un taxi que la dejó en la estación, y desde allí, mientras esperaba el autobús que la llevaría junto a él le llamó, y solo le hizo falta pronunciar las siguientes palabras para que su enamorado supiese lo que iba a hacer: "Te veo a las diez".

"On Abatar Ura Masarakato On-Gataru"